EDITORIAL
En tres meses de administración de la primera mujer gobernadora, Margarita González Saravia, demuestra que cuando existe amor y voluntad política al pueblo morelense, se puede hacer obra de beneficio social, mucho trabajo y resolver los problemas de una sociedad morelense abandonada durante más de 30 años, por las pésimas administraciones de sus antecesores, desde Jorge Carrillo Olea hasta Cuauhtémoc Blanco Bravo.
Son 100 días y mil acciones, a pesar del escaso presupuesto que le dejó la pasada administración para concluir el año, la gobernadora viene demostrando –sin descanso alguno-, cada día y todos los días, que cuando hay imaginación y querencia a la tierra, nada es imposible.
Entre las mil acciones de la administración de una verdadera militante y creyente de la Cuarta Transformación, siempre está muy de cerca de los olvidados; de los pueblos originarios: de los campesinos; comerciantes, mujeres, profesores, obreros y empresarios, que para ellos y todos los morelenses, su labor es incansable.
El último ejemplo fue buscar el recurso financiero para los trabajadores de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), para que les cumplieran con el pago de sus salarios, prestaciones sociales y el aguinaldo.
El camino todavía es largo y el gobierno apenas empieza, y a pesar de ello, en voz de la misma gobernadora Margarita González Saravia, lo externó a los cuatro vientos; de que se someterá al escrutinio social cuando cumpla tres años al frente del gobierno estatal, mediante la consulta popular de la Revocación de Mandato.
La historia se empieza a escribir con un gobierno de resultados: 100 días 1000 acciones.
